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Mostrando las entradas de julio, 2010

Olvidándome

Pensar ahora es lo que invade mis días, derramar palabras al aire y sin sonido parecen ser mi nueva rutina, pensando por pensar, pensé que antes existías, no en mi, ni yo en ti, remonté mis años a esos que tanto dolían, de desvelos nocturnos, cuando el cielo se mostraba aún más profundo, y sin querer me tropecé con una pregunta que se afinca en mi melancolía, le imprime más nostalgia a estos días, ¿Dónde estabas mientras dormía?, te encontrabas en este espacio, quizás frecuentamos los mismos lugares de sol abrumante, pasamos desprevenidos al día en que nos conoceríamos, ¿dónde estabas cuando decidí no escuchar a mi razón?, quizás disfrutando de una buena canción, saboreando un beso prohibido, es posible que nunca nos hayamos visto, ni siquiera sabíamos que existíamos, ¿dónde estabas cuando decidí no llorar por ese sentimiento?, cortando un corazón, hablando tan cerca con alguien tan lejos, riendo en tu cama por ese beso, tejiendo fantasías en tu cerebro, no sabíamos que algún día nos p

La plusvalía del tiempo

Ayer recordé que una esencia puede ser la antesala de mi nostalgia, me sumergí en el pensamiento de que somos la plusvalía del tiempo, todo ese excedente de recuerdos y sentimientos ajenos a él, los va depositando en nuestra línea de vida, dejándolo caer lentamente en nuestra memoria para que formen nuestros recuerdos, como una maleta de bagaje sin etiquetar caminamos a su lado, somos usados, y nos deja todo eso que debemos recordar y que a él le excede en su pasar, destila horas que vamos guardando en nuestro corazón, ese excedente forma nuestros días, da vida a nuestra melancolía, ayer recordé que esa esencia desata a mis pensamientos y hoy no puedo dejar de pensar que somos la plusvalía de su arduo caminar.

Falsa musa

No sabía que la melancolía se pudiese mezclar con el arrepentimiento, con las ganas de reparar las heridas de una mañana fría, de la vida eterna en las noches de una soledad agobiante, fueron recurrentes las palabras que derramaste en las páginas de luz que alguna vez ojeé, esas que me regalaste como sellando una mentira que pareció tan cierta, como para lavarte el paladar de sabores amargos mezclados con el alcohol, buscabas remojar tu imagen en lágrimas sin sal, en un corazón que manipulaste sin maldad, desligándote, buscando impunidad en ojos que no te importan, te desvelaste lo suficiente para limpiar tus días o más bien tus madrugadas marchitas, buscaste risas y excusas, una soledad protagonista, culpándola, apilando otra estaca en la playa de tu vida, otra huella desvanecida por la marea de tu indecisión, buscando una excusa en el tiempo y el tiempo solo se rió de ti y te entregó un destino vacilante y una reputación de musa anacrónica que vende sus servicios en las noches grises

Testigos casuales de una soledad monótona

Tibias luces se reflejaban en la neblina asfixiante de bocanadas de humo, palabras, sonido del viento de artificio, pesadez en las miradas, frases inventadas que traicionaban al corazón, punzantes filos destellaban en ellas, fue ahí en esa luz incómoda, la espera, el reloj, el latido del corazón anunciaba una premonición de tragedia falsa, no querías… otras almas lo esperaban, ansiosas de saborear esa mentira, esa falsa sensación de noches robadas hace tantos años, ahí estabas, imprecisa, impuntual, sin miedo a lo que esa noche te regalara, más ansiosa que apenada, el veneno rodaba por tu garganta, espeso, calentaba tus deseos, cada calada de humo invitaba a la resurrección de ese sentimiento. Y ahí estaba, frío, seco, como un puñal que se enterraba en tu pecho, minutos, el reloj, la noche repentina invadía tus pensamientos, ¿fue ahí?, no, todavía la sangre no se mezclaba con el alcohol lo suficiente para animar las ansias, humo, caricias furtivas, miradas estáticas, el reloj, espera..

Noche

Y si me derrumbo cada vez que tu esencia hace presencia en mi sacristía, la soledad abrumadora de tu soliloquio, la faceta triste de tu mirada, es veneno en mis venas, es alcohol santo de las noches prohibidas en esta estadía, solía soñar con tu mirada, al hacer presencia, mis palabras atiborradas en la garganta, verborrea cerebral en mi consciencia, noche de lujuria, noche de presagios en vano, nunca serás mía, nunca estarás en mi estadía, ¿por qué sigo buscándote?, ¿por qué debo desvelarme si no estás en mi vida?, loco ansío por una mirada furtiva, un desliz de tu inconsciencia, quizás una quimera de tus venas, ¿para qué busco perdido tus labios?, una reverberación inútil de mis noches promiscuas, no cesan, no dan paso a la ilusión venidera, aunque no lo sepas, soy cautivo de tu indiferencia.

Impreciso

Aquí de nuevo a la deriva entre carcajadas rotas y lágrimas de cristal, he decidido que mi paisaje natural es el desconsuelo abismal, la desgracia temprana, como la brisa tumba al nido, así he decidido ser hoy, una ráfaga de maldiciones, una venganza de la conciencia, he pasado de ser un anhelo a convertirme en consuelo de la noche, de la sal, de la lluvia perpetua en mi lodazal, en el solar del tiempo, en la esquina del olvido, soy yo quien destruye ilusiones y corta corazones, soy yo quien decide esperar la noche y borrar los días, soy quien soy en soledad tardía, anticipada por tantas lágrimas de corazones vacíos, aquí soy desconsuelo de ojos profundos, me he convertido en algún deseo prohibido, para más nadie, sólo el mío... he querido ser cuando no soy, ni he tenido la oportunidad de ser lo que siempre he sido, sólo estar en el efímero día de la venganza, en la luna roja de las promesas incumplidas, soy yo quien ahoga las palabras, el que mata los suspiros y quien ahoga los ensueñ

He sido

He sido un sueño imposible tatuado en las pupilas cotidianas del tiempo, una palabra, un vapor, y no lo he aprovechado, he sido verbos, he sido adjetivos, pero no soy más que un nombre silbado al viento, he pasado de ser un amigo a un idilio prohibido, me he aprovechado de lo que he sido en ciertos momentos, en otros no he querido saberlo, pero por ahí se dice que también he sido el sueño de princesas de turno, he querido ser tantas cosas, pero ninguna ha salido como he querido, he vivido en la memoria, en la espuma de las olas, he vivido en una carta, en el color sepia de fotos olvidadas, aunque no lo sepa he sido un desamor, he sido el beso prohibido de alguna que otra, he sido la tortura, el alivio y la desesperanza de ninguna, he sido lágrimas, risas y sentimientos encontrados, he sido víctima, y no ha quedado testigo de haber sido algo que nunca he sido, he sido una mentira, una coartada, una salida….pero nunca la mía, también fui una caricia, una velada desesperada para aplacar

Tengo el presentimiento que no nos volveremos a ver

Hoy decidí preguntarle a mi pasado ¿qué hacía?, el me dijo regocijándose en alcohol, que la noche le regalaba sorpresas y que aún era muy joven para saber su destino, le repliqué que guardaba sus sueños en un cajón y que mi vigilia la reservaba para su futuro, le expliqué que era mi presente, sorprendido soltó el trago y mostro disgusto en sus ojos, saboreó la última gota de alcohol en su boca y volteó el rostro, como si no quisiera dar respuesta, hastiado de mi ser, tomó dos tragos cortos de su vaso amarillento, el mismo que saboreé alguna vez, y pude sentir el licor quemar mi garganta, suave deslizándose por mi cuerpo, le comenté que ya no era él, y me dijo ofuscado, ¿qué tiene de malo ser tu?, sorprendido por su respuesta bajé la mirada y comí mis uñas, asqueado me criticó por haberlo ahuyentado, con cinismo se burló de mis esfuerzos por subsistir, entre carcajadas ajenas pidió tiempo, resolvió escucharme, le pedí que me mostrara las caras con las que disfrutaba, sonriéndose me di