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Mostrando las entradas de 2017

Ya es madrugada

las sombras viajan en mi ventana en el pesado barco que navega por la bruma de la noche sonrientes calaveras se dibujan entre las olas de la neblina desconocidos espantos visitan mi soledad como una acuarela en movimiento sobre el vitral del tiempo con la hoz en mano me indican su camino estupefacto les regalo unas letras no escucharán el silbido de mi susurro nunca las frases destiladas por mi garganta serán relevantes al tiempo ignoradas siempre por su lujuria al andar

10:25 pm

Salir a desafiar el frío con los huesos después de la visita del pasado lejano las risas y el ardor del viento en la piel curtida de recuerdos una oleada en la marea del viento para volver a ser yo sin descubrir la conciencia de la noche permanecer oculto en las falsas sombras de una mentira fui yo, pero no volví a verme allí no me percaté de las horas ocultas en  la solapa pesaban las  notas del piano que dibujaban la habitación  la reverberación y el licor amargo como siempre, dulce en su compañía nunca más en esta noche de reflejos de neón afuera ya dentro...lejos de los anhelos la fecha de no volver... las pisadas borradas por la marea el tiempo diluido en la botella la del adiós a la soledad mustia de mis ojos

A la sangre del recuerdo

Desdibujada entre la bruma del manto nocturno como la visita fantasmal indeseada viene la nostalgia acompañada de su inseparable melancolía dejé abiertas las ventanas sin razón entraron por esos tiempos de memorias detenidas bañadas de alcohol divino pero diluido por la amargura del tiempo bañé mis rostro de nuevo conmigo y desvelado me fui por los techos del pasado perdido en el recóndito espacio de algún ayer un día sin contar de aquel presente lejano de ese pasado de mi futuro de esa hiel que envenena lentamente la sangre del recuerdo

Allá voy de nuevo

Buscando la inspiración de nuevo en sonidos redundantes miserable la mirada que me devuelve el espejo la maldita desgracia de saber quien en realidad soy allá voy otra vez rodando en mil pedazos por la escalera de esta noche

A Falta de Despedidas

La memoria se revela en letras que no ha podido derramar entregó al olvido como declamar las horas Una despedida por miedo a ser olvidada no ha sabido conjugar Al peso del polvo sobre sus alas sigue sin recordar cómo olvidar amenaza su prepotente ilusión de permanecer acumula su plusvalía en los recovecos del presente ese que ha debido sacudir con un adiós y temerosa cierra los ojos a la espera del tiempo tan amargas a su lengua se rehúsa a combinar esas palabras secas ya las venas por el hastío         y ella tan altiva reniega su propia decadencia viste con harapos de segundos su glamur

Ramos de Soledad

Se le cansó el alma de arrastrar sus huesos Limpió de su solapa los imperdibles Y desplomado por el peso de las tangibles carnes Bajó los brazos    se rindió al andén de los espejismos Repartiendo ramos de soledad a los callejones de luz Quiso el cielo volver por la vacua ensenada Destilando gotas de vacío zigzagueaba las calles amanecidas Nunca las perdonó     y      sin embargo su ritmo tararea Dibujaban las horas en piedra lo tardío de su parecer   No le permitió la pesquisa del alma su tiempo y desvelaba la mirada aciaga a una quimera en madrugada para no volver a encausar su misma naturaleza ensimismada Ni permitir a la altanera paciencia cuestionar su hastío

Las tardes del sol

Claridad prófuga de ráfagas de luz Hirviente testigos de sonrisas sobrantes Acumula visitas en horas demoradas Después del toque la puerta azul La cena servida se enfría entre palabras Mínima relevancia al reflejo del tiempo Un mantel de hilos que ya no existen se llevó esos olores que a la tarde vestían Toda esa fantasía en la neblina de fotos perdidas                                                                             enmohecidas Es la mente que todo lo olvida dibujados en la retina momentos estáticos Un reloj arrastrando los escombros Desnuda al patio durante la cena Después de alzar vuelo la puerta escapa entre asombros Huye ardido el resquicio de esas fotos viejas 

SOÑÉ EN BOGOTÁ

Entre adoquines enmohecidos caminaba la noche, perdido el frío se acurrucaba en mis huesos, no conocía el cielo, no era mi ciudad de desvelos, faltaban las brisas y el marullo, desvarié en calles desconocidas derrapaba mi ilusión en nomenclaturas absurdas, las comprendía, tomaba en cuenta la quimera de esa vida, no conocía la lluvia ni la neblina, estaba aquí escribiendo sobre mi rutina, despedazada la fantasía de los abismales vacíos convertidos en pasajes de sol tardío así el agua borra los vestigios de ese calor infernal por las calles de asfalto mustio, para no volver pensaba, es la plegaria que al fin me despertaba, pero estaba aquí, seguí perdido entre vagones y caminos, los pies ardidos por falta calor, la piel expuesta al alma  un nervio de vapor errante entre la neblina densa y la bruma. Era Bogotá, las montañas y las promesas, la soledad de las calles atestadas estaba en mi quimera, pensé que esta ciudad era la mía, no lo era, no estaban las luces ni el ventanal, el

La incierta calma

Derramar mi verbosidad habitual incierta se torna de nuevo esta calma desvelada anacrónica de arrabal por un cuerpo etéreo que mi mirada no agobia su caminar De nuevo desvelos y cartas sin terminar que no sepas escuchar las mejores frases desenvainadas quizás viene a visitar la tortura del pasado cómo es su costumbre, tan impreciso y sin invitar No es lo mejor que mi pluma puede ofrecer de hacerte voltear ves la necesidad la mitad de la fascinación  lo vuelve a estropear la ilusión sin embargo, en lo onírico se dibuja tu camafeo                                                      temor inesperado de esa silueta fantasmal Que después de tanto tiempo esta incierta calma se vuelva a quebrar a temblar vuelve la divinidad de mi soledad sus alhajas cuelgo en el altar Hacia una oleada de sentimientos naufragar

Desperdicio

Debí regalar palabras al silencio como castigo por no dejar de hablar su verborrea irritaba los tímpanos del tiempo escaseaba la razón en su conjunción, era errada su cantaleta incluso la muerte en domingo no se da tregua hasta el viento su soplido lo regala al olvido y aún así el silencio atinaba con desacierto no parar de hablar

De aquí me tocará volver

Como querer forzar a la palabra para encontrar la rima con el pasado, no es fácil descubrir el pesado granizo en las manos, no después del sol y el sudor de las horas                                                                                           bañando la indumentaria de la vida divertido sería contar todo esto de no pertenecer cuando la luz no le quede más remedio que dibujar un arrebol, y sin embargo                                  en vano sueño desvelos y pisadas hablar de canciones y noches, del frío y un blanco saturando la vista en el eterno invierno desprevenido y amenazante, de aquí me tocará volver no a mi casa, no a mi país, volver a mi, cuando la única salida sea envejecer

Occidente

El salitre devenido en aliento terrenal suscita el espacio quedo de aquel respiro a mi nostalgia arrulla su suspiro ese marullo eterno en mi ventanal En la añoranza recurrente        Un abrazo quieto de luz eterno Desvaría sobre mi futuro incierto y a una quimera mi pensar atiende La sal de los ojos quema el tiempo eternas estas noches de piedra y sus horas en la hiel y las marchitas rosas de asfalto caliente añoro el encuentro Con mil rostros animal de mi habitación desde mil pedazos a tu encuentro roto y áspero                              con desatinos anhelo en la ciudad de brisas de idilio y desaparición.

Excusa

Se me olvidó apagar la luz, al salir de mi habitación, al despellejar mi vida antigua de esas paredes ahora enmohecidas, hace tanto tiempo que despegué la carne, que desollé la sal, y aún pensando en ese portal, el de madera que nunca quise dejar, hoy tengo el presentimiento de haber olvidado el foco incandescente de ese lugar ambivalente, era rojo, amarillo, era azul o ¿cambiaba con el frío?, lo irreal es que está encendido, olvidé apagar la luz, ya sabía yo que no debía volar, no debía cambiar la piel de mar...por esta costra de cal, una horrible masa de pétalos de agua salada, ¿será que nadie se entera que incandescente su fulgor ha de cesar?, debí fijarme mejor, fue el complicado proceso de muda de piel, eso de tomar lo más banal y como precaución arrojarlo al solar, que se tueste y no más, se me olvidó accionar le interruptor, allá está inerte, burlándose de mi, encendido e incandescente, sabiendo que no es algo trivial pero tampoco tan importante como lo fue escapar, pero allí es

Estoy

Se me va pasando el tiempo, entre idilios y rencores, bocanadas y tragos, el mismo veneno de la noche, de saber el camino desdibujado, de conocer las horas pasadas el futuro seguro decidiría asomar su rostro en la dirección contraria del umbral pesado de piedra mustia, por el cálido olor a piel quemada, por el sol inclemente de las tardes inertes, ahí en el patio de los recuerdos, el sol y el agua, el limón y la sal, las sillas blancas que cortan nuestras piernas, la marea de risa que anuncia la nostalgia y melancolía, cuando se iba el día, bajaba la noche, aún fresco el clamor de los anhelos, reverberaba la antesala de los sueños, no quería dormir, ¿para qué?, aquí y ahora, allá y entonces, igual las horas de piedra caen en los arrabales del destino, en la música sombría del tic y el tac del reloj etéreo, del falso tiempo, pesados los recuerdos, se va pasando el tiempo, encoge y estira, arroja la plusvalía, se deviene la verdad dibujada en números superfluos, así se me va pasando el t

El sabor de la noche

Ya había olvidado el sabor de la noche, incluso bebiéndola eternamente el paladar se puede engañar fácilmente lejos del umbral con aquella luz, esa que anunciaba el descanso, aún así, hoy después de escuchar el relato del sol, lanzar mi plegaria al viento esperando acuse de recibo en el otro extremo del espejo, me quedo con el sabor de la penumbra, de nuevo saboreo los anhelos de aquella etapa, la arrogancia vaciada en el cenicero, recuerdo con cada sorbo volver a desconocer el destino y vetar la nostalgia, es imposible, el frío de la tarde te recuerda que el sol no es el mismo, otra latitudes, otros golpes de lengua en el infinito espacio del desvarío de no pertenecer, la otra acera siempre en dirección errónea, pero aún así te saboreo, como si estuviese en mi habitación, esperando atinar otro desencuentro, como aquellos días de sal y sábila en infusiones de esperanza baldía, el humo, el aire de artificio, de nuevo sentado en el sofá, viviendo el hastío, partir y no volver, volver y n

Es el aquí

¿Cómo devolver los pasos al camino, si han pasado quién sabe cuantos kilómetros desde el día en que salí y las tardes recorridas? ¿cómo decirle a los pies que siga el camino de regreso, si no hay?...es querer tomar el reloj y retroceder manualmente la vida, es inútil pensar, ya cansado de este monólogo rutinario con el que me convenzo día a día de lo que el nano dice, caminando, dejando estela y volviendo a pisar este asfalto frío y apático,  las razones sobran para ver el mismo cielo que me despidió, pensar en las aceras ahora destruidas de mi ciudad, añorar el calor agobiante y la vida que se desdibuja en este presente etéreo, que divertido sería volver, decirle al tiempo aquí estoy, voy a perderte entre tantas banalidades, voy a destilarte a fuego lento, que me encerraré en mi cuarto con todos mis fantasmas y los disfrutaré sin importar cuanto duelan, que de nuevo abrazaré al sol que se colará entre las persianas, ¿cómo hacer todo eso, si estoy tan lejos de poder volver a mi prisión

Repositorio de recuerdos

Esta noche, luego del frío intenso que deja la despedida del sol, después del baño de melancolía reflejado en el asfalto ardiente de las noches olvidadas por mi andar, ese que no puedo pisar, allí encuentro de nuevo las horas que deseo habitar, me veo perdido, de nuevo, en la acera equivocada, en el río de lágrimas de una nostalgia forzada, los sonidos recuerdan a la habitación, me quedo esperando y encontrar que todo está igual como lo dejé, pero no, el tiempo pasó, quito el color de las paredes, volvió sepia el amanecer...renacer del hastío, permanecer en la zozobra del presente, dejando atrás ese deseado pasado, en la frontera de la noche no es tan claro el camino de regreso, se borra y no logro devolver los pasos, el tiempo y la maldita mala hora del destino, mañana amanecerá pero allá amanece sin mi...una hora antes...el sol se burla de mi desespero...allá dónde mi vida espera sentada, jugueteando con los momentos, allá sentada tomando el sol, sin preocupación de no pertenecer...

Un mar de esperas

En el vaivén de la noche, las horas, de un lado a ninguno, por la falsa agonía del tiempo, el destino se ríe de nuevo, pero la barca navega, se va, y así entre los ramales de un océano de ilusiones derrapa el auto en el puerto de las ilusiones y se embarca en un mar de esperas...

Adiós...hasta pronto

Así se escapa el tiempo, entre las horas y el viento, la noche y el día, el agua y el alcohol, como el devenir de los segundos, inmerso en su pasado, descosiendo el presente para saborear su futuro, lejos, en un ambiente sin premonición, ahí vaciará sus horas, se desvelará y caminará inerte, sin pasado en el presente, sin las horas de piedra ni el ventanal permanente, la habitación camaleón se desvanece, es intermitente, caminar en el frío persistente, en la tarde nublada de su mente, se fue una etapa, la de la mente, indeciso aún está del remitente que en sus cartas colocará por siempre, un paso más lejos de ese sol incandescente, la niebla y el frío, el alcohol y el desvarío, y no quiso pensar en el espacio insolente, que le devuelve la mirada airada y sus ráfagas de ilusión, así se despide de la tierra de la confusión,  le dice adiós a las madrugadas perdidas, bendice las calles marchitas, se sienta en el asfalto de sus días y se despide del calor eterno de los días de luna y las no

Buenos Aires

En buenos aires el frío arremete en agosto mientras el mundo te dice que es verano, el cono sur te sorprende con las ráfagas de frío olvidado por el colectivo, descubres pasajes olvidadizos en las aceras de la eterna buenos aires, la ciudad que nunca duerme te recibe con las luces de la noche haciendo fiesta por las horas venideras, una playa Macedonica tan cierta y tan absurda, fito dice que  viven Borjes Dios y el rock and roll, nunca más cercano a la verdad, el tango te deslumbra en la florida, las calles te dibujan la verdad de las desesperación, confusión del día o la noche en los aposentos de un viejo almacén, malos tiempos para hacer una noche de verdades, el luna park te parece un fantasma de tu historia, el puerto madero, la boca y la dulce espera en palermo, el frío del río de plata, que delicia volver a buenos aires por primera vez, colores y una historia inmigrante, una 9 de julio de fiesta y las aceras te brindan la compañía como eternas guías de todos los forasteros, en e