¿por qué la nostalgia de tiempos vacíos hace que reverbere tu recuerdo en los pasillos de mi mente? momentos banales, maquillados de traición, sabiduría infinita de conseguir lo que había perdido en otros ojos menos viciados, en carcajadas resonantes de brillos puros y saber que al encontrarme de nuevo conmigo la claridad divina sería el resplandor de un amor que no conocía barreras de cal, pasó y se fue el tiempo, pero se quedó conmigo la divina gracia de tus brazos abiertos esperando con un beso de confort y un regazo de piel suave y cada vez más cálido para entibiar mis sueños desperdigados en las noches de un pasado que refleja cansancio y sudor, cansancio de andar por esas calles sombrías deambulando sin el rumbo que dibujan tus piernas y que ahora sigo su trazo en el lienzo de mi vida, dibujando ya no espirales, si no una flecha hacia un futuro de sol y noches sagradas
Otra vez en la encrucijada de mi acostumbrada vigilia El silencio reverberando en lugar de tu compañía atemporal y como siempre, desde mi balcón, agito la copa vacía Pero tu ausencia no escucha los ecos de este momento ideal Tu soliloquio escurre las palabras que espero con demasía Sigues postergando mi estadía junto a tu sitial Porque nuestra geografía se vuelve distancia imposible de franquear Está fraguada por linderos y mares de ansiedad Se devela que no hay atajos, ni recodos para quien no quiere llegar Demuestra ese hábito tu mirada al virar lejos de mi soledad Siempre a paisajes ajenos a mi sabana suele vislumbrar Incuestionablemente la cuestión suele aflorar ¿no hace mella mi letanía en tu individualidad? ¿No acorta los pasos mi verborragia ensimismada al gritar? No queda más que hacia atrás empezar a marchar en soledad Devolver los pasos, que, aunque perdidos, sus huellas algo nos deberán enseñar
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