Hoy me hacen falta más que nunca esos días en que podíamos ver esa luna sobre nuestras cabezas, una ciudad idílica, la noche eterna que nos prestaba sus horas para ver nuestras caras, hoy cuando el corazón está repleto de lluvia, una mano que pasara otro trago es tan vital, las risas que ya ni recuerdo y las voces que escuche tanto tiempo en mi memoria, hoy reverberan los ecos de su adiós, los llantos eternos que marcaron mi estadía en estas calles, los cigarros amargos de una buena melancolía y los amores ajenos que quedaron estampados en nuestros recuerdos, esos por los que tanto hablábamos y decíamos que no era para tanto, una mentira que me costó la libertad, un asfalto que aspiraba nuestras suelas y las falsas sombras de la noche nos daban protección a nuestros miedos, una buena charla filosófica, una nueva razón para esperar esa noche, noche de actitudes, de ser los primeros a esas fiestas que nunca nos invitaron y que supimos disfrutar como nunca, hoy se añejan aún más esos viejos tiempos, hoy se pierden en las gavetas las fotografías que muestran lo que fui, hoy necesito aquella noche, hoy ansío esos pasos que tan cansado me dejaban, lo peor es que nunca tuve esa foto que tanto quise y que estaría ahora colgada en esa pared que escuchó tantos desamores y tantas risas que alegraron la noche tardía un día de verano, eterno remordimiento, de haber destrozado las puertas de no saber que luego dolería más que tu partida, algunos tan lejos, otros tan cerca, hoy, simplemente hoy, hacen falta los viejos tiempos...
Otra vez en la encrucijada de mi acostumbrada vigilia El silencio reverberando en lugar de tu compañía atemporal y como siempre, desde mi balcón, agito la copa vacía Pero tu ausencia no escucha los ecos de este momento ideal Tu soliloquio escurre las palabras que espero con demasía Sigues postergando mi estadía junto a tu sitial Porque nuestra geografía se vuelve distancia imposible de franquear Está fraguada por linderos y mares de ansiedad Se devela que no hay atajos, ni recodos para quien no quiere llegar Demuestra ese hábito tu mirada al virar lejos de mi soledad Siempre a paisajes ajenos a mi sabana suele vislumbrar Incuestionablemente la cuestión suele aflorar ¿no hace mella mi letanía en tu individualidad? ¿No acorta los pasos mi verborragia ensimismada al gritar? No queda más que hacia atrás empezar a marchar en soledad Devolver los pasos, que, aunque perdidos, sus huellas algo nos deberán enseñar
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