yo pensé en la soledad, decidí naufragar en las playas del recuerdo, en las noches de tormento, hoy es más fácil decir que los días pesan, porque su fulgor es cada vez menos fuerte, no soy yo escribiendo mis testamento soy yo recitando una mentira, la de las noches de verano, la de la rosa en el jarrón, desquebrajadas las verdades, rotas por la ansiedad, no miento, juro por las sombras que soy el único real en esta mentira disfrazada de rutina, será la noche, el naufragio y el alcohol, el combustible efímero de los días de calor, ardor y miel, satisfacción y desengaños, todo en una misma piel.
Otra vez en la encrucijada de mi acostumbrada vigilia El silencio reverberando en lugar de tu compañía atemporal y como siempre, desde mi balcón, agito la copa vacía Pero tu ausencia no escucha los ecos de este momento ideal Tu soliloquio escurre las palabras que espero con demasía Sigues postergando mi estadía junto a tu sitial Porque nuestra geografía se vuelve distancia imposible de franquear Está fraguada por linderos y mares de ansiedad Se devela que no hay atajos, ni recodos para quien no quiere llegar Demuestra ese hábito tu mirada al virar lejos de mi soledad Siempre a paisajes ajenos a mi sabana suele vislumbrar Incuestionablemente la cuestión suele aflorar ¿no hace mella mi letanía en tu individualidad? ¿No acorta los pasos mi verborragia ensimismada al gritar? No queda más que hacia atrás empezar a marchar en soledad Devolver los pasos, que, aunque perdidos, sus huellas algo nos deberán enseñar
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