El recuerdo de como volver, las pisadas que ansioso devolvía al camino, mi soliloquio, las noches que recordaban el olor del humo, las bocanadas de nostalgias y las risas del alcohol en falsas sombras por las que transitábamos sumidos en nuestra piel, todo eso lo olvidaré, los días de luna y las noches de sol, todas, las olvidaré, los sabores de los errores, traslucidas cortinas de savia calman al corazón, suaves al pasar de los recuerdos, las arenas finas del tiempo suavemente entierran las heridas bañadas de sal, la cal, el barco de piedra, las falsas sonrisas y hasta una mentira, la olvidaré, calmados los sonidos del reloj, la noche y el corazón, los días y el alcohol, lo olvidaré, desvariando al compás del nuevo metrónomo, el tic y el tac de los días de hoy, la vida y la nostalgia, la melancolía y la noche...lo olvidaré, con el recuento de las noches, el porvenir vaciado en el futuro de los días, el olvido entregado en un misiva, esta noche no será parte de mi vida...
Otra vez en la encrucijada de mi acostumbrada vigilia El silencio reverberando en lugar de tu compañía atemporal y como siempre, desde mi balcón, agito la copa vacía Pero tu ausencia no escucha los ecos de este momento ideal Tu soliloquio escurre las palabras que espero con demasía Sigues postergando mi estadía junto a tu sitial Porque nuestra geografía se vuelve distancia imposible de franquear Está fraguada por linderos y mares de ansiedad Se devela que no hay atajos, ni recodos para quien no quiere llegar Demuestra ese hábito tu mirada al virar lejos de mi soledad Siempre a paisajes ajenos a mi sabana suele vislumbrar Incuestionablemente la cuestión suele aflorar ¿no hace mella mi letanía en tu individualidad? ¿No acorta los pasos mi verborragia ensimismada al gritar? No queda más que hacia atrás empezar a marchar en soledad Devolver los pasos, que, aunque perdidos, sus huellas algo nos deberán enseñar
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