largos años de sol manifiestan las grietas en mi piel, suaves venas expuestas al viento, víctimas de melancolías tan fuertes como su torrente ahora maltrecho, pasé días y viví noches, inhalé luna y exhalé sol, pasé el tiempo, manecillas húmedas de lágrimas de sal, aquí en la plusvalía del tiempo las noches no son tan largas, castigo inclemente por mis excesos pasados, las grietas del sol, las venas de sangre, el río de sal...aquí en las noches se dibuja el sol, existe el sueño, la rutina apabullante, el cansancio del corazón, brilla la vida pero no en esta celda, se ve a lo lejos, como si esas manecillas caminasen hacia atrás...hacia allá...vivo días y paso noches, altero la realidad pasada que movía mi vida, inhalo savia y exhalo rutina...pasa el tiempo y el tiempo no me regala más excesos...sólo espera la fecha tatuada en mi frente que anuncia la caducidad de mi existencia.
Otra vez en la encrucijada de mi acostumbrada vigilia El silencio reverberando en lugar de tu compañía atemporal y como siempre, desde mi balcón, agito la copa vacía Pero tu ausencia no escucha los ecos de este momento ideal Tu soliloquio escurre las palabras que espero con demasía Sigues postergando mi estadía junto a tu sitial Porque nuestra geografía se vuelve distancia imposible de franquear Está fraguada por linderos y mares de ansiedad Se devela que no hay atajos, ni recodos para quien no quiere llegar Demuestra ese hábito tu mirada al virar lejos de mi soledad Siempre a paisajes ajenos a mi sabana suele vislumbrar Incuestionablemente la cuestión suele aflorar ¿no hace mella mi letanía en tu individualidad? ¿No acorta los pasos mi verborragia ensimismada al gritar? No queda más que hacia atrás empezar a marchar en soledad Devolver los pasos, que, aunque perdidos, sus huellas algo nos deberán enseñar
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