Se desveló la noche anacrónica del fin de semana  y se le pasó la hora del amanecer  quemando las nubes volvió a celebrar el alcohol  del demonio que se encierra en las horas del cenit  hace arder la garganta con las quemaduras del licor  que pesada la bruma de la mañana que no se percata de la noche  aún despierta, destila el sudor divino de las razones venideras  para que esperar la luz, las sombras...premonición del tiempo  y la luna encierra las falsas corazas del alma  derramar las lagrimas estériles del destino  las risas vacuas del mañana  sólo el amarillo del ámbar líquido  la panacea del mundo  al viento del alivio  se reflejan en las horas del hastío  pesadas lágrimas de cal y miel  derraman los ojos núbiles de aquel pasado  en los tiempos  en los desvaríos  la noche del día  el alcohol de la plusvalía de la noche