Ir al contenido principal

Entradas

Mostrando las entradas de julio, 2017

Excusa

Se me olvidó apagar la luz, al salir de mi habitación, al despellejar mi vida antigua de esas paredes ahora enmohecidas, hace tanto tiempo que despegué la carne, que desollé la sal, y aún pensando en ese portal, el de madera que nunca quise dejar, hoy tengo el presentimiento de haber olvidado el foco incandescente de ese lugar ambivalente, era rojo, amarillo, era azul o ¿cambiaba con el frío?, lo irreal es que está encendido, olvidé apagar la luz, ya sabía yo que no debía volar, no debía cambiar la piel de mar...por esta costra de cal, una horrible masa de pétalos de agua salada, ¿será que nadie se entera que incandescente su fulgor ha de cesar?, debí fijarme mejor, fue el complicado proceso de muda de piel, eso de tomar lo más banal y como precaución arrojarlo al solar, que se tueste y no más, se me olvidó accionar le interruptor, allá está inerte, burlándose de mi, encendido e incandescente, sabiendo que no es algo trivial pero tampoco tan importante como lo fue escapar, pero allí es

Estoy

Se me va pasando el tiempo, entre idilios y rencores, bocanadas y tragos, el mismo veneno de la noche, de saber el camino desdibujado, de conocer las horas pasadas el futuro seguro decidiría asomar su rostro en la dirección contraria del umbral pesado de piedra mustia, por el cálido olor a piel quemada, por el sol inclemente de las tardes inertes, ahí en el patio de los recuerdos, el sol y el agua, el limón y la sal, las sillas blancas que cortan nuestras piernas, la marea de risa que anuncia la nostalgia y melancolía, cuando se iba el día, bajaba la noche, aún fresco el clamor de los anhelos, reverberaba la antesala de los sueños, no quería dormir, ¿para qué?, aquí y ahora, allá y entonces, igual las horas de piedra caen en los arrabales del destino, en la música sombría del tic y el tac del reloj etéreo, del falso tiempo, pesados los recuerdos, se va pasando el tiempo, encoge y estira, arroja la plusvalía, se deviene la verdad dibujada en números superfluos, así se me va pasando el t

El sabor de la noche

Ya había olvidado el sabor de la noche, incluso bebiéndola eternamente el paladar se puede engañar fácilmente lejos del umbral con aquella luz, esa que anunciaba el descanso, aún así, hoy después de escuchar el relato del sol, lanzar mi plegaria al viento esperando acuse de recibo en el otro extremo del espejo, me quedo con el sabor de la penumbra, de nuevo saboreo los anhelos de aquella etapa, la arrogancia vaciada en el cenicero, recuerdo con cada sorbo volver a desconocer el destino y vetar la nostalgia, es imposible, el frío de la tarde te recuerda que el sol no es el mismo, otra latitudes, otros golpes de lengua en el infinito espacio del desvarío de no pertenecer, la otra acera siempre en dirección errónea, pero aún así te saboreo, como si estuviese en mi habitación, esperando atinar otro desencuentro, como aquellos días de sal y sábila en infusiones de esperanza baldía, el humo, el aire de artificio, de nuevo sentado en el sofá, viviendo el hastío, partir y no volver, volver y n

Es el aquí

¿Cómo devolver los pasos al camino, si han pasado quién sabe cuantos kilómetros desde el día en que salí y las tardes recorridas? ¿cómo decirle a los pies que siga el camino de regreso, si no hay?...es querer tomar el reloj y retroceder manualmente la vida, es inútil pensar, ya cansado de este monólogo rutinario con el que me convenzo día a día de lo que el nano dice, caminando, dejando estela y volviendo a pisar este asfalto frío y apático,  las razones sobran para ver el mismo cielo que me despidió, pensar en las aceras ahora destruidas de mi ciudad, añorar el calor agobiante y la vida que se desdibuja en este presente etéreo, que divertido sería volver, decirle al tiempo aquí estoy, voy a perderte entre tantas banalidades, voy a destilarte a fuego lento, que me encerraré en mi cuarto con todos mis fantasmas y los disfrutaré sin importar cuanto duelan, que de nuevo abrazaré al sol que se colará entre las persianas, ¿cómo hacer todo eso, si estoy tan lejos de poder volver a mi prisión