Es en esta hora de la noche en la que exorciso mis demonios, depuro la sangre, y saco todo lo oscuro de mis venas cuado se presenta la sorpresa de tus palabras, reberberando en mi soliloquio... no sale esa mancha de vacías promesas Este pálpito intermitente en mi sien rememora, me inquieta...fustiga mis pensamientos y te dibuja sonriente inmersa en una quimera... perdida en un mar de arena, árido y caliente. Pero de nuevo, revisito mi suerte y me tranquiliza pensar el inicio de este sueño, en el que todo era sólo eso, un ardid, un presagio que vaticina la fatalidad de esta soledad eterna Y me quedo quieto, lacio, en el ir de las horas como un velo transparente arrojado al mar..cuyo destino es tocar la sal del agua y hundirse en la noche..en la misma oscuridad de donde alguna vez vio zarpar sus velas...