Madrugada, repleta de viejos misterios decides invadir la noche, sabes bien la combinación para la secuencia inicial del alba, sabor a noche aún en tu piel madrugada, nuevas luces nuevo día, buenas suertes, malos ojos al sol, olor a brisa desvelada cabalga por tu espalda, aún sin ganas de matar la noche, madrugada, madrugada que peso traes a los párpados desvelados, aún te extraño, te recuerdo como un sueño pesado y angustioso, algo que nunca quise olvidar y que se ha quedado perdido en las páginas de este libro infinito, incapaz de encontrarte de nuevo madrugada, anuncias con cansancio la hora de vaciar las copas y llenar el cenicero, despiertas la nostalgia marcada en esas espaldas cansadas que regresan desveladas, adiós y hasta pronto, la sabiduría del alba eterno nunca fue tan amarga en mi copa quebrada, madrugada...