Otra vez en la encrucijada de mi acostumbrada vigilia El silencio reverberando en lugar de tu compañía atemporal y como siempre, desde mi balcón, agito la copa vacía Pero tu ausencia no escucha los ecos de este momento ideal Tu soliloquio escurre las palabras que espero con demasía Sigues postergando mi estadía junto a tu sitial Porque nuestra geografía se vuelve distancia imposible de franquear Está fraguada por linderos y mares de ansiedad Se devela que no hay atajos, ni recodos para quien no quiere llegar Demuestra ese hábito tu mirada al virar lejos de mi soledad Siempre a paisajes ajenos a mi sabana suele vislumbrar Incuestionablemente la cuestión suele aflorar ¿no hace mella mi letanía en tu individualidad? ¿No acorta los pasos mi verborragia ensimismada al gritar? No queda más que hacia atrás empezar a marchar en soledad Devolver los pasos, que, aunque perdidos, sus huellas algo nos deberán enseñar
Abatido en la memoria, como la minúscula partícula de polvo este recuerdo de palabras escritas en aquel cuaderno que olvidé "dime tu si, si o si no..." detonó un tiempo que no pertenece a este espacio "quiero ver como lo dices" como una ventana entre hojas verdes como las del árbol que adornaba tu balcón apareció de noche, entrometido, como un visitante anacrónico que al abrir la puerta se sirve ese trago del cual no quiere separarse