Recuerdo cuando tus calles eran solo callejones con portales a cuartos vacíos
una semi urbe se pintaba entre pasarelas de zaguanes a lugares escondidos
Entre el frío, con respiros agitados, caminaba sin conocer el ritmo que debía seguir
y odiaba las horas taciturnas en las que irremediablemente mi inconformidad no se podía confundir
Entre estaciones, a cuenta gotas, este tiempo bosquejó habitaciones menos extrañas
Se fueron desbordando de recuerdos las esquinas, de madrugadas los departamentos
rebozaban de historias los sextos pisos, los oídos canjearon soliloquios por oleadas
y esa calma de río correntoso desdibujaba muchas de mis tantas añoranzas
Una eternidad hace que mis suelas no añoran el vapor hirviente del asfalto de tus calles
y mis pasos ya no dislocan mi caminar buscando tu regazo, siguen a un sur menos distante
se acostumbraron los huesos al frío humeante del hormigón que reverbera por estos pasajes
ahora existen esos dejavu cuando deambulo acompasando los pies por nuevas diagonales
y aunque tu marullo no lo desdibuja nada, mi estadía en esta ciudad de viento y riveras
se hace cada vez más pesada en la memoria, escondidas solo quedan las experiencias venideras
historias yacen por los recodos que tomé en las noches que escapaba por nuevas aceras
y hasta mi descendencia escribe con su propio tiempo las risas que le robaran tus esquinas
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