Como saber que la noche traería estas sorpresas, con las lenguas de sal lastimando tu destino, pasamos las horas y venimos arrastrando el pasado excesivo, como nunca nos verán, ladrones sigilosos de palabras ocultas a los demás, somos memoria de una mentira, la que no saben siquiera que escribe sobre sus verdades, en las complicidades de la espera, el día amanece y las palabras reverberan, abrazando la ausencia del cuerpo, repitiendo las horas y las letras, ahora en el silencio del día se derraman verdades, se vacía el pasado y tu y yo en el infinito espacio de la irrealidad momentánea, reímos y jugamos a dibujar nuestro futuro, así en la noche de las verdades, el alcohol y las voces, el brindis clandestino y las miradas falsas en las sombras, no te veo pero se que me ves y despierto por largas horas de piedras, me regalas tu vida encapsulada en letras distantes y cercanas como la verdad que arropa la lejanía de nuestras miradas.
Te sienta bien el velo del silencio… Porque ya no oculta la máscara de ese sentimiento El palpitar ambivalente que se asomaba en cada uno de nuestros encuentros Si tu pensamiento no quería cuestionamiento alguno Era mejor dejar pasar las horas en tu somier taciturno …No abrir excusas, dilatar angustias, salar heridas… Buscar plegarias en sitios a oscuras para no ver las manos que rezaban ciegas en un mar de esperas Que era mejor vagar por tu soliloquio, enfrascar la razón, cambiar de piel en cada estación Intransigente y cerrada, siempre enrevesada en el plexo de tu inmensidad La vanidad de ser tu profundidad, la de tu hermética poesía, la misma que será tu eternidad Alhajas de sal, quimera de cal, luces de bar, una estela de angustias en las dunas de nuestro mar…
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