Por más que quiera escribir para otros ojos
el tornasol de tus pupilas sigue recordando el atardecer de mi adolescencia
y aunque no quiero que seas la espina que a la rosa dibuja adornos
la punzada de tu mirada sigue ardiendo en mi costado
Tarde derramé mi verborragia
y lejos estuve cuando decidí llamar
igual me conquistó el brillo taciturno de tu marea
sin embargo, en tu orilla mi barco no logró naufragar
para después... como buen cobarde...
huir de la oleada de sentimientos
que a mi corazón invade
y...desde las trincheras de este miedo...mirarte
Como siempre la tinta se queda en el papel
humectando este espacio de soledades
acariciando los vestigios de tu piel
inservible roce de trémulas manos apaciguando inseguridades
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