¿Alguien dejó alguna huella de nuestro pasado?, ¿Será cierto que existe una imagen acongojada y reducida en una gaveta enmohecida?, pensando que quizás exista un pedazo de nuestras almas robado en algún momento olvidado por nuestras conciencias y que a cada hora se vuelva más y más amarillo, hasta que seamos sepia, decidí pensar en eso, en que quise olvidar que olvidé haber sido parte de un momento fulminante, como una estrella fugaz, que el cigarro de mi mano izquierda no me dejó disfrutar, que el vaso a medio vaciar me urgía más que la melancolía de mi futuro, fue más sencillo esperar a que nunca terminara todo ese pasado, lo veía tan presente, que nunca pensé que no sería mi futuro.
Hola habitación, por última vez saludo nuestro pasado, reverberan sonidos comunes a nuestro andar, la última vez que lo hacen, acá mi habitación camaleón se torna rojiza, esos tonos de traición, los rincones y los recuerdos, las paredes mudas aún, mi habitación dibuja mi estar, aquí y ahora en las ráfagas de angustia que desmoronan su paz, te saboreo por última vez antes de cerrar tu puerta, el ventanal donde dijimos tantas verdades, la nostalgia no es sólo mía y tú lo sabes, derramar las palabras como tantas veces me has visto hacerlo para ti hoy es un deleite ansiado, somos cómplices, refugio y refugiado, somos dos y uno en los recuerdos, el humo, los cigarros, las bebidas, los ungüentos, las horas malgastadas y las risas desperdigadas, tanto aquí en mi habitación, a la que hoy digo adiós, las paredes marchitas y los números de años dibujados en tu ausencia, al parecer nos quitan el uno al otro, marchita ya pareces, mi habitación camaleón, cambiabas de color cada vez que te lo anunci...
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