Ir al contenido principal

Esta noche recordé donde reía

Un lugar en ruinas encierra risas, desamores y llantos, tardíos como la luna de agosto, hastío infinito del corazón oscuro, allí entre esas ruinas y raíces marchitas reposan los baños de luna que saqueaban al día, las horas anheladas, las risas furtivas, las cenizas marchitas, en un lugar que ha perdido sabor y color, donde los vasos llenos no son más que desechos anacrónicos de una realidad difusa, allí descansan mis días, las penas, las risas, las caras, las almas, se disfraza la realidad atemporal con esos fantasmas dibujados en las paredes enmohecidas, aquí donde veo y respiro esos días, la luna ya no refleja las ansias, se olvidaba el trajín del sol, se reconciliaban el alcohol y las carcajadas, en esas piedras bañadas de sal, las que ahora pueblan la realidad pasada, dónde tantas veces dijimos verdades falsas, no son más que una nube de conciencias marchitas, un refugio de almas perdidas, allí en esas ruinas mustias , donde el cielo ya no vislumbra los sueños joviales de un pasado perfecto, dónde el olor a noche fue reemplazado por olor a mierda de frutas marchitas, el suelo por donde caminamos, las mesas donde tomamos, no es más que un montón de recuerdos perdidos empolvando el resonar de sentimientos sinceros, allí no hay más que excremento, ahí, donde nos sentábamos a pensar en hoy, a llamar al sol y desafiar la noche, ahí dónde nublábamos la razón con alcohol barato, se pierde entre risas y llantos que caen al suelo como porquería mortal, se nos fue el espacio y el tiempo, se escapó el recinto maldito de confidencias banales, de ilusiones temporales, se perdieron entre las hojas del tiempo, entre las raíces de la tierra, la misma que nos permitía andar, que nos dejaba disfrutar, hoy esas ruinas son sólo una historia, una melancolía más que nos hace recordar y siempre voltear la mirada hacia ese lugar que nunca podremos volver a pisar.

Comentarios

Entradas más populares de este blog

El cenit de nuestras miradas

Te sienta bien el velo del silencio… Porque ya no oculta la máscara de ese sentimiento  El palpitar ambivalente que se asomaba en cada uno de nuestros encuentros Si tu pensamiento no quería cuestionamiento alguno Era mejor dejar pasar las horas en tu somier taciturno  …No abrir excusas, dilatar angustias, salar heridas… Buscar plegarias en sitios a oscuras para no ver las manos que rezaban ciegas en un mar de esperas Que era mejor vagar por tu soliloquio, enfrascar la razón, cambiar de piel en cada estación  Intransigente y cerrada, siempre enrevesada en el plexo de tu inmensidad  La vanidad de ser tu profundidad, la de tu hermética poesía, la misma que será tu eternidad  Alhajas de sal, quimera de cal, luces de bar, una estela de angustias en las dunas de nuestro mar…

Para quien no quiere Llegar

Otra vez en la encrucijada de mi acostumbrada vigilia El silencio reverberando en lugar de tu compañía atemporal  y como siempre, desde mi balcón, agito la copa vacía Pero tu ausencia no escucha los ecos de este momento ideal  Tu soliloquio escurre las palabras que espero con demasía  Sigues postergando mi estadía junto a tu sitial    Porque nuestra geografía se vuelve distancia imposible de franquear Está fraguada por linderos y mares de ansiedad Se devela que no hay atajos, ni recodos para quien no quiere llegar Demuestra ese hábito tu mirada al virar lejos de mi soledad Siempre a paisajes ajenos a mi sabana suele vislumbrar Incuestionablemente la cuestión suele aflorar ¿no hace mella mi letanía en tu individualidad? ¿No acorta los pasos mi verborragia ensimismada al gritar?  No queda más que hacia atrás empezar a marchar en soledad Devolver los pasos, que, aunque perdidos, sus huellas algo nos deberán enseñar    

De ti...la ausencia

De ti recordaré los lagos de espera...la mirada que no buscaba mutar desde mi yo de regaladas ausencias a soportar la estadía que te acusa,  no mirabas... no entregabas Descubrirte fue encontrar el mar de silencio   sentirme mal al escuchar el eco de mi voz volviendo siempre cargado de palabras, de mi bullicio Me canso también de ser yo quien te escriba que mis letras no floten en ese mar de estática  como pesadas placas de metal, un material vacío que pesa tanto para tus ojos De ti me despido...porque no coincidimos la distancia mina, aletarga los encuentros... poco a poco esa tierra que soplaba se apelmaza sobre la piel se hace una costra que no nos deja mover y nuestros dedos quedan a milímetros de tocarse pero nunca lo hacen...se dibuja una costa En ese espacio, mínimo entre nuestros cuerpos... ahí, el viento se convierte en un remolino creando el torbellino de nuestro dilema el que me hace escribirte en secreto... mirando nuestras estatuas de cal a lo lejos y qu...