Ahora a las horas de la noche les toca borrar tus besos dejados en mi piel, el roce de las manos clandestinas en mi cabello y tus labios derritiéndose en la antesala de los besos, borrar todo, escondidos como las estrellas se esconden cuando el alba las ahuyenta, y nosotros, mientras la noche dura,somos nosotros, desperdigados sentimientos de culpa, vemos las pupilas lejanas de nuestros días, yo preferí esconderlo, tu has alentado mi secreto, descubrí tu piel, descubriste mis labios, ese incesante latido de minutos prohibidos, deliciosa venganza del tiempo perdido, anhelo tus ojos tanto como anhelas mis labios, sin embargo, minutos malditos de roca caen y las horas clandestinas anuncian que la velada es finita, imposible devolverle pasos al camino sin un pesar en la memoria y el rencor al tiempo, plusvalía monótona derramada en mi espalda, imposible devolver sonrisas al destino, incierto como es preferimos dejar nuestros sueños secándose al sol mientras esperamos que nuestro desvelo sea suficiente para encontrarnos amarrados en nuevos besos clandestinos de miel y sal, por las calles de una ciudad marchita que esconde nuestro affaire como testigo mudo de los fracasos del tiempo.
De ti recordaré los lagos de espera...la mirada que no buscaba mutar desde mi yo de regaladas ausencias a soportar la estadía que te acusa, no mirabas... no entregabas Descubrirte fue encontrar el mar de silencio sentirme mal al escuchar el eco de mi voz volviendo siempre cargado de palabras, de mi bullicio Me canso también de ser yo quien te escriba que mis letras no floten en ese mar de estática como pesadas placas de metal, un material vacío que pesa tanto para tus ojos De ti me despido...porque no coincidimos la distancia mina, aletarga los encuentros... poco a poco esa tierra que soplaba se apelmaza sobre la piel se hace una costra que no nos deja mover y nuestros dedos quedan a milímetros de tocarse pero nunca lo hacen...se dibuja una costa En ese espacio, mínimo entre nuestros cuerpos... ahí, el viento se convierte en un remolino creando el torbellino de nuestro dilema el que me hace escribirte en secreto... mirando nuestras estatuas de cal a lo lejos y que aún, estando junt
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