Vaya a saber el tiempo de las noches aquellas que nunca borraremos de nuestra piel en la inmensa quietud de los días venideros, la nostalgia salvaje consume la vida de sal, las mañanas amargas sin el sabor del destilo amargo De tu piel, ayer fue, hoy la melancolía de los sentidos, que nunca fuiste ni seras, pero sabes, el tiempo es testigo, en vano, Noches, sábanas y días de sol , ¿para que los segundos pasan?, por qué la vida clama el sabor de tus labios, es quizás, la premura infinita de los lugares no visitados, las horas no malgastadas y el espacio olvidado en la mesa vacía de tus ojos oxidados por el tiempo finito
De ti recordaré los lagos de espera...la mirada que no buscaba mutar desde mi yo de regaladas ausencias a soportar la estadía que te acusa, no mirabas... no entregabas Descubrirte fue encontrar el mar de silencio sentirme mal al escuchar el eco de mi voz volviendo siempre cargado de palabras, de mi bullicio Me canso también de ser yo quien te escriba que mis letras no floten en ese mar de estática como pesadas placas de metal, un material vacío que pesa tanto para tus ojos De ti me despido...porque no coincidimos la distancia mina, aletarga los encuentros... poco a poco esa tierra que soplaba se apelmaza sobre la piel se hace una costra que no nos deja mover y nuestros dedos quedan a milímetros de tocarse pero nunca lo hacen...se dibuja una costa En ese espacio, mínimo entre nuestros cuerpos... ahí, el viento se convierte en un remolino creando el torbellino de nuestro dilema el que me hace escribirte en secreto... mirando nuestras estatuas de cal a lo lejos y que aún, estando junt
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