En la ventana, en los muebles, allí en donde el silencio es mas fuerte, en la madrugada, en la cocina, en el sitio preferido donde se acurruca tu ausencia, allí hay restos de ti, en los olores, en las frases recurrentes, donde calienta el sol, en ese lugar se acumulan, es allí donde te encuentro a diario, tan pequeña y tan grande tu presencia irradiaba amor, aquí en las mañanas todo sigue igual, aún hurgo tus recuerdos y encuentro restos de ti, en mi memoria, en las fotos desperdigadas en la casa, donde no podías estar y que siempre fue mi sitio preferido, en el que te apoyabas, donde siempre te encontraban mis manos, al correr, al reír, en ese espacio olvidado por todos donde coincidíamos, en tus ojos, en los míos...es en ellos que se reflejan los preciados restos de ti...
Te sienta bien el velo del silencio… Porque ya no oculta la máscara de ese sentimiento El palpitar ambivalente que se asomaba en cada uno de nuestros encuentros Si tu pensamiento no quería cuestionamiento alguno Era mejor dejar pasar las horas en tu somier taciturno …No abrir excusas, dilatar angustias, salar heridas… Buscar plegarias en sitios a oscuras para no ver las manos que rezaban ciegas en un mar de esperas Que era mejor vagar por tu soliloquio, enfrascar la razón, cambiar de piel en cada estación Intransigente y cerrada, siempre enrevesada en el plexo de tu inmensidad La vanidad de ser tu profundidad, la de tu hermética poesía, la misma que será tu eternidad Alhajas de sal, quimera de cal, luces de bar, una estela de angustias en las dunas de nuestro mar…
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