Parece que el tiempo nos olvidó, el susurro del viento entre las horas, la pena del día marchitando el costado de la nostalgia, parece un tiempo pasado este presente anacrónico, el alcohol a distancia, las miradas ciegas de los días festivos del alma, saber y temer, el mareo de la resaca reclama la piel y las voces certeras de la conciencia anuncian otro desvarío de la piel...
Te sienta bien el velo del silencio… Porque ya no oculta la máscara de ese sentimiento El palpitar ambivalente que se asomaba en cada uno de nuestros encuentros Si tu pensamiento no quería cuestionamiento alguno Era mejor dejar pasar las horas en tu somier taciturno …No abrir excusas, dilatar angustias, salar heridas… Buscar plegarias en sitios a oscuras para no ver las manos que rezaban ciegas en un mar de esperas Que era mejor vagar por tu soliloquio, enfrascar la razón, cambiar de piel en cada estación Intransigente y cerrada, siempre enrevesada en el plexo de tu inmensidad La vanidad de ser tu profundidad, la de tu hermética poesía, la misma que será tu eternidad Alhajas de sal, quimera de cal, luces de bar, una estela de angustias en las dunas de nuestro mar…
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