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Algún día de aquellos

Pienso en las mañanas olvidadas, como una voz que grita al desespero en esas noches que la orilla de la cama nunca aparece, pienso en esas mañanas que no tienen una fecha marcada en el calendario simplemente por ser tan absurdas como una gota de lluvia más, esas mañanas que reflejaban el pasado, el que es el presente anhelado de este futuro anacrónico e impreciso, un futuro que se resquebraja como arcilla al sol, sus grietas desdibujan ese pasado lo destrozan y abandonan al frío de una memoria que no los olvida pero no le da tiempo de recordarlo, es injusto para esos días, es como esa melancolía que nunca llegó en el momento justo y que poco a poco ahora se cuela entre los sueños de día y la rutina maldita de nuevos momentos redundantes en los pasillos del sol y de esta ciudad que se hace cada vez más vieja y desaturada,con colores vivos muertos, sigo pensando en esas mañanas, en esos rayos de sol y esa madrugada, el humo exhalado por mis pulmones...el sabor amargo de las despedidas, el olor inconfundible de la alegría...sigo pensándolo y ya casi se esconden entre esas grietas que diluyen los recuerdos de caras sonrientes y tiempos menos grises, se esconden...van hacia el olvido

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Para quien no quiere Llegar

Otra vez en la encrucijada de mi acostumbrada vigilia El silencio reverberando en lugar de tu compañía atemporal  y como siempre, desde mi balcón, agito la copa vacía Pero tu ausencia no escucha los ecos de este momento ideal  Tu soliloquio escurre las palabras que espero con demasía  Sigues postergando mi estadía junto a tu sitial    Porque nuestra geografía se vuelve distancia imposible de franquear Está fraguada por linderos y mares de ansiedad Se devela que no hay atajos, ni recodos para quien no quiere llegar Demuestra ese hábito tu mirada al virar lejos de mi soledad Siempre a paisajes ajenos a mi sabana suele vislumbrar Incuestionablemente la cuestión suele aflorar ¿no hace mella mi letanía en tu individualidad? ¿No acorta los pasos mi verborragia ensimismada al gritar?  No queda más que hacia atrás empezar a marchar en soledad Devolver los pasos, que, aunque perdidos, sus huellas algo nos deberán enseñar    

El silencio que te regalo

  Puede que mi silencio sea ensordecedor, sin embargo mis labios respiran suspiros que dejan estelas en la ausencia que tus ojos han surcado en mi estadía, porque las horas hablan de la ausencia y de ti Pero, esos destellos de remembranza solo hacen más pesadas las horas, las hacen de roca, pesadas, lentas...y la eternidad se dibuja en este mar de esperas, en esta hora cuando no quiero que se extinga la lumbre de tus pupilas. Con mi silencio te grito, cada día, hasta que tu decidas escribir, hasta que vacíes pensamientos en mi y el cántaro se rompa para colmar en un segundo todos los días de este erosivo silencio que mis labios han aprendido a pronunciar para ti.

Neuquén

Recuerdo cuando tus calles eran solo callejones con portales a cuartos vacíos una semi urbe se pintaba entre pasarelas de zaguanes a lugares escondidos Entre el frío, con respiros agitados, caminaba  sin conocer el ritmo que debía seguir y odiaba las horas taciturnas en las que irremediablemente mi inconformidad no se podía confundir  Entre estaciones, a cuenta gotas, este tiempo bosquejó habitaciones menos extrañas Se fueron desbordando de recuerdos las esquinas, de madrugadas los departamentos rebozaban de historias los sextos pisos, los oídos canjearon soliloquios por oleadas y esa calma de río correntoso desdibujaba muchas de mis tantas añoranzas Una eternidad hace que mis suelas no añoran el vapor hirviente del asfalto de tus calles y mis pasos ya no dislocan mi caminar buscando tu regazo, siguen a un sur menos distante se acostumbraron los huesos al frío humeante del hormigón que reverbera por estos pasajes ahora existen esos dejavu cuando deambulo acompasando los p...