Tibias luces se reflejaban en la neblina asfixiante de bocanadas de humo, palabras, sonido del viento de artificio, pesadez en las miradas, frases inventadas que traicionaban al corazón, punzantes filos destellaban en ellas, fue ahí en esa luz incómoda, la espera, el reloj, el latido del corazón anunciaba una premonición de tragedia falsa, no querías… otras almas lo esperaban, ansiosas de saborear esa mentira, esa falsa sensación de noches robadas hace tantos años, ahí estabas, imprecisa, impuntual, sin miedo a lo que esa noche te regalara, más ansiosa que apenada, el veneno rodaba por tu garganta, espeso, calentaba tus deseos, cada calada de humo invitaba a la resurrección de ese sentimiento. Y ahí estaba, frío, seco, como un puñal que se enterraba en tu pecho, minutos, el reloj, la noche repentina invadía tus pensamientos, ¿fue ahí?, no, todavía la sangre no se mezclaba con el alcohol lo suficiente para animar las ansias, humo, caricias furtivas, miradas estáticas, el reloj, espera.....